Monday, August 8, 2011

Reúnion de mujeres / Women gathering


Hace un año formé un círculo de mujeres: en él reimos, lloramos, rezamos, comemos, jugamos y celebramos juntas. Hasta la semana pasada, no imaginé que esto podría hacerse a gran escala sin perder el efecto y el impacto que tiene en la gente.

Hace poco más de una semana vi en Facebook un evento llamado Reunión de Hijas de la Tierra (Daughters of the Earth Gathering), cerca de Boston, Mass. Revisé un video y me pareció interesante, revisé los detalles en la página de ALisa Starkweather y decidí participar. La magia comenzó al organizar el viaje. Conseguí aventón con tres chicas más y hospedaje en casa de una pareja maravillosa, cerca de Burlington. El cielo estrellado como hace muchos años no lo veía (mentira, el cielo de Canadá nunca lo había visto así de estrellado, y el cielo en Candela es muy diferente), la noche fresca y la naturaleza rodeando a un grupo de mujeres. ¿Qué más puediera pedir? ¿Asar bombones en la fogata? Eso también lo hicimos.

La mañana siguiente nos pusimos en marcha. Nos detuvimos un par de veces para comprar comida, una de ellas en una panadería cercana a casa de Lushanya, una nativa lakota que nos ofreció hospedaje y nos guió hacia la reunión.

Desde el inicio fuimos recibidas por un equipo de registro, dejamos nuestras cosas para ser trasladadas al campamento y recibimos los programas. La organización fue impecable todo el evento. Nos pidieron ayudar en alguna de las tareas: limpiar, ayudar en la cocina, poner jabones, etc. Las tareas fueron lo de menos, el sentido de responsabilidad fue lo más importante.

Más de 200 mujeres reunidas se convirtió en un festival de colores, aromas y sonidos. Las carpas de la reunión estaban preparadas y poco a poco el lugar se fue llenando. Comenzamos un círculo y ALisa Starkweather nos dió la bienvenida. En sus palabras se percibía el amor a la vida y a cada mujer presente. Nos ayudó a sentirnos bienvenidas al decir que no importaba que no nos conociéramos. Love meets Love, dijo ALisa.

Después de este inicio, donde escuchamos un poco de este grupo y las reuniones anuales, partimos al templo Arcoiris y nos sentamos alrededor de las serpientes que Serpentessa había llevado y que nos ayudaron a recordar que la serpiente es el símbolo de sabiduría, curación y vida espiritual y que nos fue arrebatado hace muchos años. En este templo escuchamos de las microagresiones, los comentarios que nos dividen como grupo y del sentido de unidad.

Partimos luego a diferentes reuniones, yo fui a la sesión de Grieving (Penar) con Ann Sousa. Fue intensa y liberadora. Pocas cosas unen tanto a las mujeres como llorar juntas.


Continuará

No comments:

Post a Comment