A mis amigas brujas, a mis parientes brujas, a todas las lindas brujas que conozco y claro, a mí también. Felicidades en nuestro día!
Les comparto esta editorial de Paz Flores, publicada en El Norte en el 2003.
Les comparto esta editorial de Paz Flores, publicada en El Norte en el 2003.
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Felicidades en tu día! Uyy, no te hubieras molestado. Si bien hoy, día de las brujas, es una celebración mercadotécnica, el sábado es día de Todos Los Santos, el domingo de Los Muertos y las tres celebraciones son un impulso ritual por conectarse con el más allá.
¿Quién inventó a las brujas? ¿Por qué dicen que son malas y horrorosas? La mitología mundial está plagada de arquetipos de brujas, pero escarbemos un poco en la prehistoria para descubrir por qué y para qué se inventaron las brujas.
La bruja sube a la montaña por veredas desconocidas. Abre puertas dimensionales, platica con árboles, rocas, manantiales y plantas, descubre sus secretos, los lleva a su laboratorio y los usa sin desconocer su carácter sagrado. La bruja descubre secretos en soledad, se conecta con seres que los demás desconocen y, por eso, le temen. Así veían las tribus de cazadores a la mujer recolectora más vieja.
Por eso fue que su primer acto de brujería conocido fue descubrir la agricultura. Mientras los hombres cazaban y las mujeres jóvenes amamantaban, ella, mujer sola y adulta, fue la única que tuvo tiempo para observar cómo de la semilla crece la planta. Y quién sería sino ella, la que alguna vez fue también madre, la que podría inferir los ciclos espirales de la naturaleza.
Tan pronto como les enseñó a sembrar, la tribu cambió. Dejaron de ser nómadas, aprendieron a vivir en un solo lugar. La bruja adquirió poder, ella platicaba con los espíritus que les daban sustento. Así se veía desde afuera a la bruja, que pronto fue una amenaza para el nuevo poder patriarcal.
Había que mancillar su figura para quitarle el poder. Entonces surgen los mitos de la mujer traidora. La Eva bruja que habló con la serpiente en el árbol del conocimiento del bien y del mal. Al querer conocer desobedece y trasgrede y ése se señalará como su mayor pecado. Si analizamos historias de brujas de distintas épocas descubriremos este "elemento trasgresor" que supone una amenaza para el poder masculino, por eso el trabajo para satanizarla ha sido enorme hasta llegar a los excesos de la Inquisición o la quema de brujas en Salem.
La antropología ha detectado que estas quemas de brujas han surgido en momentos en que una institución ve amenazado su poder y justifica su "guerra preventiva" arrasando a esa otra forma de poder encarnado en una mujer. Aun hoy, cuando es una mujer y no un hombre el trasgresor de alguna institución, se encarniza más la crítica porque supone una amenaza doble: amenaza al sistema patriarcal, amenaza al ego masculino, amenaza a lo instituido. Porque son los nuevos conocimientos los que traen el cambio.
Cuando una mujer propone cambios importantes, ya sea por su forma de ser o por su discurso, automáticamente dispara en el cerebro el arquetipo de la bruja y ya no razonamos, simplemente nos dejamos llevar por estas rutas preestablecidas en el cerebro a las que Jung llamó arquetipos.
El arquetipo de la bruja siempre se activa con las mujeres innovadoras. Si la innovación es mala o buena no importa, ésa es la máxima trasgresión, por lo tanto es una bruja. Por eso, amiga, si alguna vez le llaman bruja no se incomode, es motivo de orgullo.
El mismo lenguaje ha sido un arma poderosa. Los brujos en todas las culturas son clasificados como sacerdotes, puesto que representan al poder de contacto con el más allá perfectamente aceptado por una institución patriarcal, en cambio, a las mujeres se les daba un apelativo despectivo o de dudosa integridad.
La historias del fin de las walkirias y su poder chamánico coinciden perfectamente con el paso de un matriarcado a un patriarcado bien consolidado.
Las pitonisas del Oráculo de Delfos en Grecia entraban en trance para predecir un futuro que La Moira, o destino, reservaba. Su capacidad de premonición no era más que una capacidad de asociación simbólica y sintética desarrollada. Cuando su poder trasgredió a las instituciones netamente masculinas fueron arrasadas.
María Sabina fue una curandera indígena mexicana famosa por sus hongos alucinógenos y sus rituales de viaje. Representó para muchos movimientos contraculturales que viajaron de todo el mundo a las sierras de Oaxaca la oportunidad de trasgresión máxima: cuestionar no sólo las instituciones, sino la realidad misma.
Aún hoy son mujeres en las selvas oaxaqueñas las que conocen de las propiedades de las plantas y sus sustancias activas. Y aunque parezca de cuento, la biopiratería profesional se nutre ampliamente de estos descubrimientos.
La figura de la bruja original, con toda su caracterología ritual, pertenece netamente a los albores de la sociedad agrícola. En la etapa evolutiva que surgieron tuvieron su razón de ser, por eso es que muchos de los rituales actuales tienen elementos netamente agrícolas.
No puede existir un altar de muertos sin una bruja y un embrujo de por medio. Así es que cualquiera que se pare frente a un altar este día de muertos se convertirá en bruja por un instante, sentirá lo que es establecer contacto entre el más acá y el más allá y descubrirá que no hay muerte, que todo es un ciclo que se renueva como la espiral del ADN, muere lo externo y lo esencial se transmuta.